jueves, 28 de octubre de 2010

NUEVAMENTE LOGRÓ BURLARSE DE LOS ARGENTINOS

La gran obsesión de los Kirchner, particularmente del ex presidente, era lograr instalar una sucesión presidencial en los comicios presidenciales del 2011, la cual garantice su impunidad de los numerosos juicios que debería enfrentar y que indudablemente lo llevarían a la cárcel por largos años.
Para un hombre del temperamento de Néstor Kirchner esa situación significaría un escarnio, un verdadero oprobio y una humillación insoportable.
Kirchner sabía que su estrella empezaba a opacarse cuando conoció los resultados de las elecciones del 28 de junio del 2009.
Fue consciente de su declinación personal y política que empezó a precipitarse a medida que pasaba el tiempo.

Sus interesados o rentados aliados y seguidores comenzaban a abandonarlo, algunos disimuladamente, otros directamente se pasaban a la vereda de enfrente.
Las iniciativas de la oposición empezaban a aprobarse en el Congreso, en particular las que se referían al control de gestión y aquellas que ponían límites a la discrecionalidad gubernamental y la corrupción gubernamental que afloraba en todos aquellos lugares en donde se ponía el dedo.
La férrea “lealtad” que había impuesto cuando disponía ilimitadamente de fondos para comprar conciencias se fue resquebrajando. Esta diáspora fue particularmente visible en el Parlamento y entre los intendentes de la provincia de Bs. As.
La imagen de Kirchner no alcanzaba los 25 puntos positivos y los de rechazo aumentaban cada vez más.
La parte final de la formula que se le había hecho conocer en el momento de su jura cuando asumió la primera magistratura “…que la Patria y Dios se lo demanden” se convertiría prontamente en una dura realidad. No habría impunidad en este caso. El mismo Kirchner impuso en la mente de todos los argentinos el slogan “Memoria, juicio y castigo a los culpables”. Era propósito de todas las fuerzas políticas, esta vez sí, exigir a ultranza el cumplimiento de este slogan.
La personalidad de Kirchner hacía que somatizaba su continua declinación.
Probablemente la muerte del joven ferroviario y la responsabilidad que le cabría al gobierno fue la gota que rebalsó la copa.
La enfermedad del ex presidente, su afección coronaria, que el gobierno buscaba minimizar, finalmente se apropió de su vida.
No alegra su muerte. Nunca la muerte puede ser motivo de alegría.
Pero la desaparición del hombre que hizo tanto daño, que sembró tanto odio en todos los sectores, y que utilizó la política como un instrumento para su propio provecho, envileciendo a esta y a la dirigencia, mediante la extorsión, el soborno, la presión y la amenaza, constituye un hecho promisorio para un país mejor.
Fue un hombre polémico y controvertido. Un “líder” con procedimientos y actitudes perversas y negativas. Un líder con un rumbo totalmente equivocado que llevó al país a un descalabro institucional mayúsculo y al desprecio de los valores morales y éticos. Logró colocar a la Argentina, en algunos parámetros socio-económicos, compitiendo por los últimos puestos en el ranking mundial de países.
Kirchner fue fiel a si mismo. Volvió a burlarse de los argentinos. En una de sus características jugarretas, logró evitar el escarnio y la humillación de su condena y encarcelamiento junto a los que el llamaba genocidas.
¡Que Dios en su inmensa misericordia, lo reciba con la misma alegría que lo despiden millones de argentinos!

Por: Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar

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2 comentarios:

  1. ¡GENIAL!!!,LUEGO DE LA NACIÒN DE AYER,LO DE ESTE BLOG ES LO MEJOR QUE HE LEÌDO...
    FELICITACIONES POR EL ARTÌCULO,¡LA FRASE FINAL ES TODO UN HALLAZGO!

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  2. MIS HONORES POR SU ARTICULO!Desde el extranjero estamos reducidos a simples espectadores y blogs como este nos dan esperanza que aun hay argentinos que no sufren de memoria selectiva como los que salian llorando y hablando del difunto como si hubiese sido un pariente.

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