Que las canas no te engañen, que no te pegue al sillón, que tenemos que sacar a los nuestros de la cárcel. ¿Será la hora de conformar una comisión nacional de voluntarios por la libertad de los presos políticos? ¿Necesitamos damas de blanco o huelgas de hambre?
Lo nuestro es un objetivo irrenunciable: liberar a nuestros presos políticos, que lo sepa el mundo, que aquí se prevarica, que aquí se toman represalias, que aquí se está desarrollando un silencioso Katyn. Que aquí se está ejecutando una venganza anacrónica e injusta. Nuestros soldados y oficiales presos, los civiles honestos también y la calle es para las milicias populares y pobrerío adocenado y rendido de rodillas por las migajas llamadas planes sociales, donde se los disciplina y reduce a servidumbre. Conformamos una nueva familia, una igual a las demás, con sus diferencias y coincidencias, pero unida ante la agresión. No llamo a la paz, porque no la habrá mientras tengamos presos políticos. Un abrazo para mi nueva familia, para mis nuevos camaradas: los que se revuelven contra la injusticia, sean civiles, militares, maestros, hijos, esposas, amigos, padres o personas de bien de todo nuestro sagrado país. Los adopto como mis nuevos camaradas y los quiero mucho.
Alcaide (R) Nelson David Cremades
sábado, 24 de abril de 2010
YA NO TENGO CAMARADAS
Perdí a mis camaradas en el camino, los perdí en bloque, no se si mutaron, desintegraron, desaparecieron, huyeron o se escondieron. La cosa es que no los hallo por ningún sitio. Y eso que los busqué, que grité sus nombres pidiendo ayuda, que avisé a voces que estaban cazando a los nuestros de a uno.
Teníamos una familia, pero se desintegró. Ahora tengo otra: la que conformamos los presos políticos, sus familiares de sangre y nosotros sus familiares del afecto y la lealtad. Es una nueva familia, unida por sufrir la injusticia. Es una familia que no necesita ni del dinero ni de la fama, ni del rango ni de la figuración, ni del miedo ni del temor reverencial. Es decir, tan sólo necesita saber que hay uno de los nuestros preso del enemigo de ayer, de esa guerra que hoy sigue causando daño. Ya no somos, ni verdes, ni azules, ni grises, ni blancos, ahora somos
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