La lepra era una de las enfermedades más odiadas y temidas en la sociedad judía. El Antiguo Testamento nos dice que el afectado por la lepra llevará los vestidos rasgados y desgreñada la cabeza, se cubrirá hasta el bigote e irá gritando: ¡¡¡impuro, impuro!!!
Todos temen ser contagiados y convertirse también en impuros.
Según la concepción judía, el leproso era impuro por su enfermedad. Desde el punto de vista religioso, este hecho lo excluía del acceso a Dios y, en consecuencia, del pueblo elegido. El leproso era transmisor de impureza. El leproso quedaba fuera de la sociedad, temerosa ésta de verse físicamente contagiada y religiosamente contaminada. Estaba obligado a avisar a gritos de su estado de impureza, para que nadie se acercase a él, y tenía que vivir en descampado (Lv 13,45 s). Era, en cierto modo, un maldito, un castigado por Dios. Por eso, se prohibía a los leprosos el acceso al templo.
La afección considerada "lepra", muchas veces, se curaba por sí sola, sin emplear remedio alguno, lo que permite pensar que la estimación era errónea. La verdadera lepra sólo se curaba con un milagro.
Hoy el “sacerdote” ha declarado IMPUROS a Eduardo Julia, Gustavo Juliá y Gustavo Miret al haber sido detenidos por la justicia española con un cargamento de cocaína.
Esta lepra es incurable, solo se cura con un milagro. Si hubieran sido detenidos por la justicia argentina, diríamos que la estimación de lepra era errónea. Porque hasta ahora, estos impuros “se curaban solos” gracias a la justicia argentina.
Pero hoy solo cabe esperar un milagro… y todos temen ser contagiados, pero no vacilan en empujar a los impuros contra sus adversarios políticos procurando que estos se contagien.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, rechazó toda vinculación entre el Gobierno del ex presidente Néstor Kirchner y la empresa Medical Jet, implicada en el caso de narcotráfico a España que involucra a los impuros. En cambio, dijo que esa compañía tenía relación frecuente con el sindicalista Luis Barrionuevo.
Por su parte, el dirigente gastronómico y titular de la opositora CGT Azul y Blanca negó terminantemente tener vínculos con los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, hijos del ex jefe de la Fuerza Aérea José Juliá durante la presidencia de Carlos Menem, detenidos el sábado en Barcelona por tráfico de 900 kilos de cocaína. Barrionuevo afirmó ser víctima de “acusaciones al voleo” y de “dichos” sin sustento.
El jefe de Gabinete recordó que el 13 de julio de 2003 el diario Clarín había informado que “este personaje Gustavo Juliá” era “nada menos que el responsable de las finanzas y el manejo económico del Pami por entonces”. Apuntó que, además, se publicó que Juliá era “quien se autorizaba las facturas de Medical Jet porque esa empresa hacía los traslados sanitarios del propio Pami y en un par de añitos se habían hecho como cinco millones de pesos”.
No dice el Jefe de Gabinete que en la misma nota, Barrionuevo afirma que en esos aviones viajaban también los radicales Carlos Maestro y Leopoldo Moreau y agrega: "es la que usó el Presidente Kirchner en su campaña", e ironizó sobre las sospechas: "Si fuera mío, quiere decir que yo le alquilé el avión a Kirchner. No soy tan generoso".
Hoy todos huyen despavoridos de los impuros. Nadie los conoce, nadie tuvo relación con ellos.
Distintos políticos utilizaban los aviones de los impuros. Los impuros tenían contactos y relaciones con distintos dirigentes políticos. Gustavo Juliá, uno de los detenidos, fue gerente del PAMI durante la presidencia de Duhalde y se retiró con acusaciones de la Oficina Anticorrupción. No es esa la única acusación que pesaba sobre estos leprosos. Pero siempre fueron hechas ante la justicia argentina. La estimación de lepra acá, siempre era errónea.
Ahora es distinto. Son tres sudacas detenidos en España con un importante cargamento de cocaína.
El diagnóstico es irreversible. LEPRA. Son impuros.
Orlando Agustín Gauna
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