Juan Domingo Perón había sido electo Presidente de
Pero estaban los que no eran peronistas ni respetaban la voluntad del pueblo argentino expresada en las urnas.
En aquellos días, Juan Carlos Dante Gullo (NG: “Canca”) había comenzado una tarea de acción psicológica, pues había ordenado a sus integrantes que se pintaran consignas y se las repitieran en los actos. Dicha consigna era cortita, pero siniestra: “Rucci traidor, a vos te va a pasar lo mismo que a Vandor”.
Los “jefes” dispusieron que la “acción militar” contra el dirigente obrero debía concretarla la “Columna Capital” de Montoneros. Dicha “Columna” estaba integrada por los siguientes “oficiales”: Jefes: Horacio Mendizabal, Roberto Cirilo Perdía y Norberto Habbeger (todos ellos miembros de
Las tareas de “inteligencia”, que les demandaron unos cuatro meses a los asesinos, estuvo a cargo de Antonio Nelson Latorre (NG: “Pelado Diego”) y Rodolfo Walsh (NG: “Esteban”). Ambos “oficiales de inteligencia” de Montoneros. Contaron con la “colaboración” de los muchachos de
La planificación la hizo Francisco Urondo (NG: “Paco”), Roberto Cirilo Perdía (NG: “Pelado Carlos”), Horacio Mendizábal (NG: “Vasco”), NG: “Pippo”, Juan Julio Roqué (NG: “Lino”) y NG: “Sebastián”.
Para oficiar de "fusilero" se eligió (Conducción Nacional mediante) a “Lino” que había cumplido similar tarea en el asesinato del general Juan Carlos Sánchez, comandante del II Cuerpo de Ejército, el
Roberto Cirilo Perdía “Pelado Carlos” utilizó una itaka y “Lino” un FAL. Hubo otros, pero hacían la operación de distracción. Los disparos efectivos que mataron al Rucci partieron indiscutiblemente de las armas de estos dos, que tenían la ‘mejor visión’ de tiro.
Hoy quieren volver a matar en democracia.
Tábano consultora nos informa:
Reapareció Cirilo Perdía al frente de un grupo paramilitar
ACOMPAÑANDO EN LA 9 DE JULIO A LOS PIQUETEROS OPOSITORES
El acampe piquetero de la semana pasada en la 9 de Julio no sólo disparó la actual escalada de movilizaciones, sino que allí apareció por primera vez una nueva formación especial. Unos 150 encapuchados que llevaban palos se destacaron por su disciplina militar y organización, que los diferenciaba del resto de los piqueteros anti K que estaban presentes. El misterioso grupo respondía a las órdenes del ex segundo de Mario Firmenich en Montoneros,
Roberto Cirilo Perdía. Según habría explicado éste confidencialmente a un periodista de su confianza, el nuevo grupo se autodenomina “policía social” y actúa protegiendo a las columnas piqueteras, evitando además que se produzcan hechos fuera de control. Durante la noche del acampe, la “policía social” habría evitado que varios militantes piqueteros saquearan, como tenían previsto, algunos negocios ubicados en la 9 de Julio. Hasta se escucharon algunos disparos de armas de fuego, aparentemente tiros al aire efectuados por los hombres de Perdía para poner orden. Según fuentes piqueteras, el grupo cuenta con 150 miembros, que recibieron adiestramiento militar en Bolivia en los primeros meses de este año. No forman parte de ninguna organización social, sino que actúan como una tropa de elite, lo que justifica el nombre de policía social. Tampoco se vinculan con sus parientes ideológicos de Quebracho, a los que consideran poco confiables, porque mantienen contactos con el entorno del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
¿Una nueva edición de Montoneros?
Los recientes pasos de Perdía no aclaran del todo hacia dónde apunta. En agosto pasado, fundó junto con Firmenich y Carlos Suárez -este último como director- la revista Repensar, órgano de reflexión de la dirigencia montonera, que se limita a analizar el pasado y los grandes temas estratégicos sin entrar en cuestiones de coyuntura. Perdía es la pareja de
Ésta protagonizó dos meses atrás una breve pero intensa polémica con el periodista Ceferino Reato, que en su libro “Operación Traviata. ¿Quién mato a Rucci? acusó a Perdía de haber conducido el comando que ejecutó el asesinato. La interesada defensa de Pierini apuntó a negar esa vinculación y a sostener que Rucci fue muerto por un comando fuera de control de la cúpula de FAR y Montoneros. Es que, en la investigación reabierta por el crimen, el Juez Federal Ariel Lijo podría imputarlo a Perdía, entre otros, por el hecho ocurrido en septiembre del ‘73.
Todo indica que las relaciones de Perdía con Carlos Kunkel, Nilda Garré y otros ex dirigentes montoneros hoy en el entorno de Néstor Kirchner están casi rotas. La reaparición del comandante Perdía con su policía social junto a los piqueteros opositores formaría parte del diseño de una nueva izquierda, que pretendería sobrevivir al cercano colapso del kirchnerismo, desde planteos más radicalizados.
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