domingo, 16 de agosto de 2009

EL EXILIO ARGENTINO



Durante la década del ´70 y hasta el restablecimiento del sistema democrático en la Argentina, varios miles de argentinos debieron exiliarse.
Un altísimo porcentaje de estos exiliados eran activos militantes de las organizaciones guerrilleras de izquierda, declaradas ilegales por el gobierno constitucional que asumiera la conducción del país, con el 62 % de los votos.
Ellos pretendían instalar, ayer por la fuerza, hoy mediante el entrismo, mimetizados en la democracia, un régimen comunista similar al de
la Cuba Castrista. Siempre quisieron convertir a la Argentina en un “paraíso comunista” y llamándose perseguidos políticos, se exiliaron.
Pero, ¿Adónde fueron? ¿A algún paraíso comunista?
¿A Cuba, China Comunista o Rusia?
¡¡¡No!!!
Fueron a exiliarse a los países capitalistas. Y muchos de ellos fueron a
la España del líder falangista, el Generalísimo Francisco Franco
Bahamonde y de su sucesor, el Príncipe Juan Carlos.
Es difícil cuantificar el número de exiliados. En Francia, sólo se pueden enunciar hipótesis en base a las estadísticas del Office Français de Protection des Réfugiés et Apatrides (OFPRA), institución dependiente del Ministerio de Asuntos Extranjeros, creada por el gobierno francés a raíz de
la Convención de Ginebra de 1951. Entre 1976 y 1983 la OFPRA tomó decisiones respecto a 975 pedidos de asilo político de argentinos: acordó 921 y rechazó 54. También rondaban la centena los compatriotas que pudieron recuperar la nacionalidad francesa de alguno de sus abuelos, cuya doble nacionalidad les facilitó la vida cotidiana y obvió el refugio.


De lo que precede podemos colegir que las diversas categorías de exiliados políticos argentinos en Francia sumarían entre 2.200 y 2.500 personas adultas, la mitad de las cuales instaladas en París y sus suburbios.[1]
La concentración más numerosa de exiliados argentinos se encontraba en México. España fue el segundo lugar elegido por los exiliados, siguiéndole en importancia, Italia, Francia, Canadá, Alemania, España, Suiza, Venezuela…
La mayoría de los autores están de acuerdo en situar en 1974 (Durante las presidencias de Juan D. Perón y de su sucesora, María Estela Martínez), la fecha del comienzo del exilio por motivos político-ideológicos de los argentinos cuando la represión a la creciente violencia que provocaban, le hacía temer por su vida y por su libertad.
Según estimaciones del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de argentinos con estatuto de refugiado en Europa occidental oscilaba entre los 30.000 y 50.000.
Estos exiliados de lujo no vivieron en la pobreza ni sostenidos por la caridad cristiana. Vivían en el lujo y confort que le permitían el producto de robos y secuestros extorsivos realizados en nuestro país.
Con el restablecimiento de la democracia en la Argentina, los distintos países receptores de estos exiliados, le facilitaban los medios para el regreso a su país natal. Alemania les brindaba el pasaje de regreso y cinco mil dólares.[2]
Así regresaron muchos, algunos, como Rafael Bielsa,
hasta con el título de abogado expedido por la Universidad Nacional de Rosario (recibido como alumno regular “en ausencia”).
Otros volvieron
después de haber cobrado sus “deudos”, la indemnización por “desaparecidos”.
Y otros, estaban demasiado cómodos en los países capitalistas y aún permanecen allí, como los que conforman
la COMISIÓN DE EXILIADOS ARGENTINOS – MADRID, Creada en 1999 para mantener la memoria, divulgando y alentando la Ley de Reparación del Exilio.
Los que volvían, se dicen
luchadores contra la dictadura. Callan que habían pretendido derrocar a un gobierno constitucional peronista. Hasta se dicen peronistas.
Desde 1983, se ha restablecido la democracia en nuestro país. Desde entonces han gobernado radicales, peronistas y pseudo peronistas. En todos estos gobiernos, se han reinsertado los terroristas de ayer, aquellos "exiliados políticos" que secuestraban y asesinaban en nombre del “pueblo argentino”, contra el “capitalismo burgués”
y por la “igualdad social”.
Hoy están en los tres poderes del Estado y alcanzaron la “igualdad social” por la que luchaban. Todos ellos son componentes de la clase social más alta, que se insertaron en el capitalismo burgués.

Pero el pueblo argentino por el que decían luchar…

El pueblo argentino está sumido en los más altos índices de pobreza y desocupación. Niños y adultos se mueren por desnutrición, cuando no de hambre. La exclusión social, resultado de la diferencia entre los que tienen todo y aquellos que tienen muy poco y nada, alcanzó índices nunca vistos.

El Diario La Nación del 12 de agosto de este año, publica refiriéndose a la emigración de la última década, que huyeron desde la crisis de 2001 y viven en el exterior más de 800.000 argentinos.[3]

Equivale a la población de Santiago del Estero; según datos internacionales, en 2007 enviaron al país remesas por US$ 920 millones. La publicación indica que ello significa que, durante la ola emigratoria de la última década, partió el 2,1 por ciento de la población, señala el documento del organismo internacional, llamado "Perfil Migratorio de la Argentina".

Vaya con la diferencia…

Ayer MILES DE TERRORISTAS escapaban de la represión que su violencia provocaba.

Hoy, CIENTOS DE MILES DE ARGENTINOS escapan del hambre que ellos y sus cómplices políticos provocan.

Orlando Agustín Gauna

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[1] Referencia electrónica

María Oliveira-Cézar, « El exilio argentino en Francia », Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM, 1 | 2000, [En línea], Puesto en línea el 22 décembre 2004. URL : http://alhim.revues.org/index67.html.

[2] Referencia electrónica

http://www.elpais.com/articulo/internacional/EUROPA_OCCIDENTAL/ESPAnA/ARGENTINA/ARGENTINA/DESAPARECIDOS_Y_DICTADURA_MILITAR_/1976-1982/Varios/Gobiernos/europeos/preparan/retorno/exiliados/argentinos/elpepiint/19840122elpepiint_17/Tes/

1 comentario:

  1. El pueblo argentino los votó con esperanza de un cambio. Nuestros representantes son el reflejo de la educación que recibieron y se educaron aquí en nuestro país en nuestra universidad. Pienso que hay mucho para cambiar, desde el primario en adelante.

    Es bueno investigar y que quede registrado los sucesos, También hay que investigar los orígenes de la enfermedad para alertar a los que vienen atrás a no cometer los mismos errores.ATTE

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